Sumérgete en un escenario de historia viva con la celebración de la segunda edición del evento Torés Escapado, una recreación histórica que mezcla memoria, arte y participación vecinal.
Organizado por el Grupo de Figuración Histórica Torre de Torés, una asociación de vecinos y amigos que trabaja sin ánimo de lucro, este proyecto busca poner en valor el territorio mediante la recuperación de la memoria histórica local, convirtiendo las calles, la plaza, la iglesia o incluso la casa del cura en un gran escenario al aire libre.

La lucha, el mercado y la guerrilla
La representación de este año recrea hechos inspirados en la represión franquista y en la acción de la guerrilla antifranquista gallega en la comarca de los Ancares, “adaptando los episodios históricos al espacio local de Torés”, explica Hugo, impulsor de la iniciativa.
La jornada se sitúa el 9 de agosto de 1945. La guerrilla —representada por personajes como Manuel Zapico o Guillermo Moral— se infiltrará en el mercado y ajusticiará al jefe de zona “Firme Pérez”, en un episodio de justicia popular.
Durante la acción, habrá también un discurso simbólico del comandante Antonio, que será confrontado por el alcalde y el cura local. Por la tarde continuará la representación con el enfrentamiento y captura de un grupo de guerrilleros en una carretera de A Fonsagrada, tras un falso enlace. La acción concluirá con su liberación y el fusilamiento simbólico de un sargento de la Guardia Civil, todo en un contexto dramatizado, con valor histórico y pedagógico.

Un evento colectivo, sin escenografía… porque el escenario es real
Más de 200 personas participarán en la jornada, que incluirá caracterizaciones ambientadas en los años 40, un mercado de libros y artesanía, comida popular y verbena nocturna, “para soltar los nervios del día”, bromea Hugo.
Los organizadores insisten en que esto no es una obra teatral al uso: es una experiencia de participación colectiva que invita a vivir, sentir y hacer historia.

La implicación vecinal es total, y eso hace que Torés Escapado sea mucho más que una recreación. Es una forma de conservar la memoria, dinamizar el territorio y reforzar el orgullo de aldea, en un contexto de ruralidad viva y comprometida con su historia.