Ferias y mercados para conocer el territorio

Las ferias de la montaña de Lugo conservan aún hoy un fuerte valor social y cultural. Más allá del intercambio comercial, son espacios de encuentro, tradición e identidad que mantienen viva una costumbre profundamente arraigada en la vida comunitaria. Su continuidad demuestra la importancia de preservar estas prácticas como parte esencial del patrimonio local.

Las ferias y los mercados mensuales

Las ferias y los mercados mensuales siguen siendo una de las actividades de socialización más destacadas del territorio. Aunque en algunos municipios han ido perdiendo fuerza con los años, hasta el punto de desaparecer en lugares como Negueira de Muñiz o Ribeira de Piquín, todavía son muchos los que acogen una o dos ferias a lo largo de cada mes.

En estas ferias, los vecinos pueden abastecerse de alimentos de temporada, accesorios para el hogar, utensilios de labranza, ropa o comprar todo tipo de semillas y plantas durante la época de las huertas. En algunos casos, estas ferias y mercados también eran de ganado, aunque esa costumbre ha ido desapareciendo con el tiempo.

Hoy en día siguen siendo muchos los puestos ambulantes que recorren los “mercadillos” del territorio para atender a su fiel clientela.

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Las ferias y la gastronomía

En las ferias y mercados de la montaña lucense, la gastronomía ocupa también un lugar muy importante, destacando especialmente el producto local y de kilómetro cero. Los puestos más específicos, como los de fruta, se adaptan a cada temporada del año. A muchos de estos mercados acudían personas que vendían los excedentes de producción de sus huertas, ayudando así a sostener la economía familiar.

Uno de los elementos más tradicionales —y que nunca falta en una feria— es el pulpo. La presencia de pulpeiras y pulpeiros está asegurada en muchos de los mercados de la montaña. Los vecinos de distintos puntos de la comarca se acercan el día de feria para comer unas raciones de pulpo en compañía de amigos, familiares o incluso compañeros de trabajo.

En algunos lugares, como en As Nogais, se perdió la feria del día 15, pero todavía acude un pulpeiro para que la tradición no se pierda.